Zarzuela


LA  ZARZUELA

                   Especialmente popular en España, la zarzuela está dejando de ser considerada “el género chico” para erigirse en un género lírico que se representa en los mejores teatro del mundo.
                   En 1657 en el Palacio de la Zarzuela en Madrid, el rey Felipe IV de España junto con la Reina Mariana de Austria y su corte, asistieron a la primera representación de una nueva comedia del dramaturgo español Pedro Calderón de la Barca con música del también español Juan Hidalgo, compositor y arpista. Se trataba de la obra “El laurel de Apolo”, escrito para festejar el nacimiento de príncipe Felipe Próspero en el Pardo.
                   La obra se convirtió en el símbolo del inicio de un nuevo género híbrido lírico-dramático español ya que cantado, hablado y actuado de ambiente rústico, temática clásica pastoril y tono mitológico-burlesco.
                   El género adoptaría el nombre de zarzuela haciendo alusión al pabellón de caza rodeado de zarzas y construido en el Pardo, al norte de Madrid. Allí el hermano del rey solía descansar durante sus cacerías y en su teatro fueron representadas las primeras obras generalmente de carácter mitológico.
         Evolución
                   La zarzuela encontró sus orígenes en la combinación de la representación de autos sacramentales con la imitación de la ópera italiana. Además de Calderón de la Barca a quien se le atribuyen las obras precursoras del género, también destacan en el siglo XVII el dramaturgo Lope de Vaga y el músico Juan Hidalgo.
                   Durante el siglo XVIII, la zarzuela atravesó una etapa de decadencia debido a los gustos italianizantes de la nueva dinasta de los Borbones que privilegiaban la ópera e invitaban afamados músicos italianos a su corte. Con la llegada del reinado de Carlos III (1716) se produjeron varias revueltas contra sus ministros italianos, lo que repercutió en la producción teatro y supuso el regreso del género tradicional español. 
                   En este período la zarzuela viro su temática hace lo popular, llegando al público que asistía a los corrales y teatros municipales de Madrid, por lo que cada vez más aparecían elementos cotidianos mezclados con los de carácter italiano. “Las segadoras de Vallecas” (1768), del compositor Antonio Rodríguez de Hita y del músico Ramón de la Cruz, fue la trascendental para la zarzuela española.
         Edad de Oro
                   El siglo XIX fue el de su verdadero auge. Con el restablecimiento de la monarquía y el Conservatorio María Cristina de Málaga –hoy conocido como Sala María Cristina-, se generaron las condiciones para el nacimiento de una nueva zarzuela, menos barroca y más popular. El género seguía desarrollando ideas de infidencia italiano con tipologías de la opereta francesa pero a la vez mantenía el sabor popular de tonadilla y las formas del llamado “teatro pobre”, que amenizaban la vida española y se publicaban a modo de antologías para se interpretadas en los salones burgueses.
                   En 1868 el país entró en crisis y, consecuentemente, el público se privo de pagar el alto precio de las entradas de las grandes producciones. Nació entonces el “género chico” con zarzuelas en un acto, en oposición a las de tres actos calificadas como “género grande” y representadas en el Teatro de la Zarzuela de Madrid. Ya en el siglo XX y a partir de la guerra civil, comenzó una etapa de declive de la que este género típicamente español no se volvería a recuperar.
                  Sin embargo, muchos títulos como “Doña Francisquita, Gigantes y Cabezudos, La verbena de la paloma o Luisa Fernanda”, se representan hoy en día tanto en España como en otro muchos teatros líricos del mundo. Además, la mayoría de sus temas han sido grabados por intérpretes españoles de la talla de Plácido Domingo, cantante lírico y director de orquesta, y de Teresa Berganza, mezzosoprano internacionalmente admirada.                        

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